En el 2013, Cassini ya llevaba un tiempo enviando imágenes y una de ellas muestra lo que se describió como una formación de un pequeño cúmulo de hielo en los anillos de Saturno. Un objeto que podría tratarse de un nuevo satélite en formación.

Al objeto se le llamó Peggy, y según se estimó tenía un diámetro de un kilómetro aproximadamente. Dado que bastantes lunas de Saturno tienen como componente principal el hielo, como los anillos del planeta, se planteó la teoría de que estos satélites se formarían a partir de partículas del anillo, lo cual encajaba bastante bien en este caso.

El estudio de este objeto es particularmente difícil, ya que como ocurre con el hexágono de Saturno están muy lejos y depende de las observaciones que observatorios como Cassini envíen. De ahí que se planificase que una de sus seis últimas imágenes fuese de Peggy, algo que Carl Murray, veterano del proyecto de la sonda, agradeció, valoró y sintió de manera particular, como nos contaron en Gizmodo.

Ahí resume justamente la naturaleza del misterio: no se sabe qué es Peggy. La esperanza está justamente en el análisis de todo el material gráfico que queda pendiente de la misión Cassini, que aún sigue aportando pese a desaparecer contra el propio Saturno, con lo que Murray y todo su equipo esperan saber algo más de la naturaleza de Peggy, pero no será fácil, en primer lugar porque acertar a fotografiarla ya era todo un reto para la sonda.

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